Todo blanco, en perfecto orden, inmaculado, ni rastro de grasa protectora o del barro que se supondría inherente a algo recién sacado de algún bidón enterrado.
Presidido por el cuadro que la República Española encargó al genial artista malagueño, el silencioso vídeo que hemos visto hoy, tras una intensa campaña de generación de expectativas, no sé si muestra la mitad, unas pocas o todas las armas que le quedan a ETA, pero lo que sí muestra es, desde luego, muy poca imaginación a la hora de diseñar una estética propia.
A falta de ella se ha tirado de lo que más se conoce que, paradójicamente, son las imágenes que suelen enseñar la Policía y la Guardia Civil cuando decomisan alijos de drogas o de armas como esas mismas. Incluso está el inevitable logotipo sobre la mesa. ¡Que paradojas! Solo faltan los fajos de billetes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario