domingo, 17 de abril de 2011

bridge over troubled waters


La capacidad de la iglesia católica para integrar en su ritual aquello que contribuya a atraer gente ha sido siempre proverbial. Los antiguos ritos y santuarios fueron adaptados a la iconografía católica durante siglos con tan gran éxito como nulo pudor.

Es por eso que a nada que uno rasque se encuentra con sospechosas romerías como la de la Blanca Paloma en El Rocío, con las hogueras de San Juan, que coinciden siempre con el solsticio de verano, o con (y estas me encantan) las ermitas sorianas de San Polo y San Saturio, que la iglesia negará siempre que tengan nada que ver con las devociones paganas hacia Apolo y Saturno.

Y se ve que la cosa sigue en la misma línea porque ayer en una procesión de Semana Santa en Bilbao los encapuchados que usted puede ver en esta foto iban tocando con tambores y trompetas ¡créanme ustedes! la conocida pieza musical “puente sobre aguas turbulentas”, de Simon y Garfunkel. Se lo juro por mi niña, que ahí estaba encantada viendo los capuchones, mientras su madre y yo, tan aficionado a la música religiosa, escuchábamos asombrados.

1 comentario:

jaio dijo...

Doy fe de ello, que yo estaba practicando el "Procession Crossing" y también me asombraron...