miércoles, 16 de mayo de 2012

Estaciones de NO servicio



Antes las gasolineras se llamaban "estaciones de servicio". Un término en desuso que no sé si utilizan ya los conductores más jóvenes. Hoy, salvo muy contadas excepciones hay que salirse de las grandes autovías de la modernidad para encontrar gasolineras en las que alguien, con sus propias manos, te llene el depósito.

Lo último son los supermercados/gasolinera, donde uno puede comprarle al único empleado desde aceite de oliva, naranjas y paletillas de Jabugo hasta refrescos, cupones de rasca-rasca, teléfonos móviles y, por supuesto whisky, ron, ginebra y coñac. Vamos, lo imprescindible para un viaje.

Obviamente no pueden aducir como excusa una constante rebaja de los precios del combustible, sino todo lo contrario, por lo que la única explicación posible para esa destrucción de empleos y ese deterioro del servicio es la búsqueda indisimulada del máximo beneficio para las ya opulentas empresas del petróleo. Parece que en estos tiempos la codicia se ha convertido en virtud, visto el descaro y aun el orgullo con que se muestra, lo que no deja de ser un gran cambio cultural respecto a lo que nos enseñaron a los de mi generación.

Pero ya el colmo de la desfachatez es maltratar a los clientes, tratándonos como presuntos delincuentes y obligándonos a hacer cola antes de servirnos nosotros mismos, bien para pagar por adelantado o bien para "solicitar" el desbloqueo de un surtidor a cambio de dejar depositado en la caja el DNI, la tarjeta de crédito o el casco de la moto, en cuyo caso la cola hay que hacerla dos veces: una para pedir y otra para pagar y recoger lo dejado en "prenda".

Y tal cosa no ocurre en gasolineras pequeñas que puedan tener un momento de aglomeración sino en instalaciones enormes, con muchos surtidores y personal mínimo que se apura ya solo para cobrar. Es decir, diseñadas expresamente para el abuso y el desprecio al cliente. Hace unas semanas leí que se quejaban amargamente de la pequeñísima parte de gente que se iba sin pagar. Yo también me quejo hoy, pero de lo dura que tienen la cara ellos.

Seguramente están en su derecho legal a poner sus propias normas pero deberían recordar que nosotros también tenemos derecho legal, por ejemplo, a pedir que se compruebe in situ (con recipientes oficiales de los que deben disponer) la exactitud de las mediciones de todos y cada uno de los surtidores. Es decir, que se aprovechan descontando que los clientes renunciaremos a nuestros incómodos derechos.

¿Y si hacemos entre todos una lista de auténticas "estaciones de servicio"? Me pongo a ello.

Publicado en Danok Bizkaia el 11 de mayo de 2012

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